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Gabriel Knight: Sins Of The Fathers

Cada noche, el librero Gabriel Knight se despierta con una pesadilla en su mente en la que se describe su propia muerte, que puede llegar a convertirse en realidad si sigue metiéndose en ese dichoso caso que la policía no puede resolver y que, al parecer, en él Gabriel tiene todas las pistas para su resolución.



Día 1

Gabriel Knight, un joven librero de Nueva Orleans, tiene frecuentes pesadillas por las noches. Todas son iguales: una hoguera, una mujer que se convierte en leopardo, un medallón ensangrentado y un hombre ahorcado, él mismo. Entre sudores, se despertó una buena mañana en su tienda y casa, la librería St. Georges. Además de librero, Gabriel ejercía también de escritor y estaba, en ese momento, con uno de sus posibles mejores libros: Ritos y Asesinatos Vudú. Todo ello coincidía con el caso de los Crímenes del Vudú, ciertos asesinatos con señales vudú que asolaban Nueva Orleans.

Al salir del dormitorio y estudio, Gabriel fue a tomarse su típico café mientras saludaba a su secretaria, sarcástica, irónica y bastante monjil, Grace. Ella era de origen japonés, aunque se había criado en los Estados Unidos desde pequeña. Echando un vistazo al periódico, Gabriel se enteró de un nuevo crimen. Grace le comunicó, además, que su abuela, un tal Ritter y el detective Mosely le habían dejado mensajes con distintos recados. Antes de salir, cogió una lupa y unas pinzas de Grace, además de un boleto de descuento de la caja registradora. Mientras, echó un vistazo a unos libros en alemán y a un diccionario del mismo idioma, traduciendo el título de un poema de Ritter... muchas coincidencias.

Salió derecho a casa de su abuela donde le preguntó por el pasado de su familia y, tras terminar, fue al desván en busca de alguna información más. Allí encontró un bloc de notas que inmediatamente cogió. En él, su bisabuelo había hecho unos dibujos propios de un demente. Por último, se fijo en un reloj de origen alemán, cuyas manecillas y dibujos superiores podían moverse. Recordando lo leído en el poema, puso el dragón en la parte superior y las 3:00 con las manecillas, consiguiendo un sobre en el cual encontró más información sobre mi familia y los Ritter.

Se dirigió después a la Comisaría a por unas fotos, las cuales pidió al sargento, Frick, allí presente. Después de ver un grotesco espectáculo, preguntó por Mosely, el cual estaba en una escena de un crimen. Sin embargo, no le dio la dirección. Con cierto enfado, hizo caso a su abuela y visitó el cementerio donde habló con el cuidador. Tras ver las tumbas de los Knight y los Wright, Gabriel vio en la tumba de Marie Laveau, la reina vudú del siglo XIX, unas extrañas marcas rojizas. Después de apuntarlas en su cuaderno, Knight se hizo con un ladrillo rojo del suelo.

Algo agobiado, Gabriel se dio un paseo por Jackson
s Square, donde un mimo le empezó a seguir. Le siguió hasta cerca de un agente de policía, al cual molestó e hizo huir. Sin el agente, Gabriel comenzó a escuchar la radio y descubrió el lugar del crimen. Gabriel llegó antes de que el cadáver hubiese sido retirado, pudiendo observarlo. Mientras hablaba con Mosely del caso, un coche se detuvo y Gabriel vio a una mujer bellísima, de la que se enamoró enseguida: Malia Gedde, una joven rica. Cuando por fin se llevaron el cadáver, el escritor pudo tomar notas de las marcas del suelo, de una escama de serpiente por la hierba gracias a la lupa y, de paso, coger un poco de arcilla junto al río.

Gracias a la investigación de Grace, Gabriel encontró los locales vudú más importantes de la zona: el Museo Histórico del Vudú, dirigido por el enigmático Dr. John; y la Tienda del Vudú, dirigida por el patán Willy Walker. El Dr. John no estaba en su tienda, pero Gabriel descubrió como la serpiente hacia raros movimientos al pulsar el botón del extractor; y en la Tienda del Vudú, al mostrarle la foto al encargado, una frase sonó ligeramente: “cabrit sans cor
. Dicha frase, el tendero no volvió a repetírsela más. Ya se hacía tarde, así que Gabriel regresó a su librería y, después de pedir la investigación de Gedde, durmió de nuevo...

Día 2

Al despertar de nuevo de sus pesadillas, Gabriel obtuvo la información deseada de Grace: la dirección de Malia. Otro café cargado y la lectura del periódico, hicieron regresar a Knight al mundo real. Entre sus libros, leyó uno sobre serpientes, que explicaba los raros movimientos de la serpiente en el museo. Pensando en eso mismo, Gabriel se dirigió allí a conocer por fin al famoso Dr. John... y así fue, un hombre grande, intimidante, de grandes conocimientos. A decir verdad, charlando con él, el librero consiguió información importante sobre el vudú y sobre Marie Laveau. Negando conocimiento de crímenes del vudú, dio al joven escritor la dirección de Magentia Moonbeam, una curiosa médium y gran practicante del vudú. Ante las fotos que le mostró, el Dr. John comenzó a aconsejar a Gabriel sobre los lugares que podía visitar, lo cual decía, a todas luces, que el doctor tenía algo que ver en todo el asunto.

Knight fue a la Comisaría en busca de más pistas, y allí encontró a Mosely. Intercambió diversos datos con él, sobre todo algunos bastantes sangrientos, y consiguió que Franks, la mujer policía, afuera, le diera un dossier que no pudo fotocopiar al instante. Engañando a Mosely, Gabriel pidió una foto para el libro que ambos estaban escribiendo (Mosely, más bien, colaborando), consiguiendo unos instantes preciosos para alisarse el pelo y, de paso, fotocopiar el maldito dossier. Hecho esto, Gabriel subió el termostato de afuera, lo cual hizo que Mosely saliera dejara la chaqueta sobre la silla. Después, insistentemente, reclamó un café, momento que aprovechó Gabriel para coger la placa del detective.

El siguiente lugar a visitar por el novato era a Magentia Moonbeam. Con ella intercambió más información y le tradujo los códigos obtenidos en el cementerio, aunque sin tener muy en cuenta su contenido. Hecho eso, Gabriel marchó a la Tienda del Vudú donde, tras preguntar por una máscara de cocodrilo de cien dólares, entró Madame Cazaunoux que parecía entender mucho de vudú. Sin embargo, Walker no le daría la dirección a Knight.

Era el momento de visitar a Malia Gedde, así que Gabriel engañó al mayordomo con la placa e intentó hacerse pasar por Mosely ante Gedde, la cual era muy lista. Tras echarle de su casa al descubrirle, el escritor fue al parque a realizar otro paseo. Allí halló un pintor, con el cual charló e intentó que culminara el dibujo mal dibujado por el escritor en el río, aunque no quiso hacerlo a pesar de volársele su actual trabajo. Intentó cogérselo, pero no llegaba. Knight empezó a urdir un plan: primero compró, gracias al vale descuento de su librería, un perrito caliente al vendedor, el cual entregó a una joven que allí había para que le recuperase el dibujo. Dándole el dibujo al escritor, éste accedió a ayudar a Knight, al cual daría el trabajo al día siguiente.

Por último, el escritor decidió visitar el local La Casa de Napoleón, un bar bastante elegante. Charló con el camarero, que le habló de Sam, un jugador de ajedrez, creyente de las pociones vudú. Tras tomar nota, era hora de dormir...

Día 3

Un día más y Grace ya había encontrado para Knight información sobre Cazaunoux, un recorte de las páginas amarillas con muchos teléfonos. Una taza de café y leer más el periódico, en el cual descubrió una conferencia sobre el vudú, Gabriel escuchó los mensajes para él: Mosely tenía un sospechoso y Ritter había dejado su número de teléfono. Llamó a Ritter y habló tendidamente con el alemán consiguiendo mucha información. También llamó a todos los números referentes a Cazaunoux, obteniendo ninguna respuesta. Sin embargo, teniendo la pista de un perro, llamó a una tienda de animales, donde encontró la dirección de la dama. En ese instante, antes de salir, entró Bruno, un snob que tenía una tienda enfrente a la de Gabriel, y que quería comprar un cuadro de él. A regañadientes, Gabriel asintió.

Al menos, Gabriel obtuvo el dinero para comprar la máscara de cocodrilo a Walker, y le regalaron un elixir para el juego. Directo a la Comisaría, Gabriel devolvió la placa a Mosely que estaba bastante enfadado. Después, pudo presenciar el interrogatorio de Crash, un camello de la zona muy asustado. No dijo nada, y Mosely tenía que soltarlo al día siguiente. Gabriel marchó a buscar al pintor, que le dio, gracias a más dibujos vudú, un dibujo que le resultaba familiar al escritor. Tras esto, Knight fue a La Casa de Napoleón y, viendo que Sam no ganaba, le dio el elixir. Ganó y quiso pagárselo al librero. De vuelta al cementerio a por más pistas, él pudo asistir a la salida de Gedde de la cripta familiar. En un pequeño acercamiento, la mujer huyó...

La conferencia sobre el vudú, a las afueras, no podía comenzar sin Gabriel que, enseguida, se vio en vuelto en un amargo sueño. Tras despertar, fue a ver al académico, el profesor Hartridge, el cual reprochó el comportamiento de Gabriel. Sin embargo, tras una breve charla, Knight empezó a coger confianza con el profesor, hasta el punto de enseñarle diversos dibujos, los cuales interesaron al profesor. Así, el escritor descubrió que tenía una vevé, un dibujo de una tribu, que identificaba a una loa, un dios vudú, a la que se hacían los sacrificios. Por otro lado, Gabriel descubrió que la expresión
cabrit sans cor significaba cabra sin cuernos, aunque el contexto más apropiado era sacrificio humano.

Volvió a ver a Grace a la que pidió una investigación sobre el vevé, y se llevó un frasco de gel para el pelo de su habitación. En la catedral, cercana al parque, consiguió una camisa negra y un alzacuellos, además de una confesión. Después, en el parque, encontró a una gitana a la que pidió leer la mano y con la que también bailó. Se le cayó un velo, el cual Gabriel devolvió y ella accedió a leerle la mano gratis... pero, en un momento, algo sucedió y la gitana huyó. Gabriel fue a la catedral a ver si allí estaba, volviendo después a su puesto, donde la encontró, aunque sufrió una alucinación por la gitana le amenazó.

Sin amilanarse, el joven decidió ir a casa de Madame Cazaunoux, poniéndose, en la puerta, el gel para el pelo y la camisa con el alzacuellos para parecer un sacerdote. De esa guisa, Gabriel consiguió entrar y habló de todo con la señora, la cual también le dijo el significado de
cabrit sans cor. Con su lenguaje habitual, Knight consiguió llevar a la señora a su terreno y logró que le dejara ver un objeto que tenía para ella mucho valor: un brazalete con forma de serpiente. Al caer en sus manos, Gabriel realizó un molde con la arcilla que había recogido del pantano y le devolvió el brazalete a la señora.

Fuera de la lujosa y sagrada mansión de Cazaunoux, el chico se fue al cementerio donde, cerca de la cripta de los Gedde, pudo ver salir a Malia. Se acercó e intentó convencerla para invitarla a la librería por la noche, pero ella rechazó la oferta y huyó corriendo como si fuera algo malo en manos de Knight.

Como necesitaba mucha información sobre su pasado alemán, Gabriel interrogó a su pobre abuela acerca de los Ritter y sobre su posible descendencia alemana. Al parecer, Harrison Knight equivale a Heinz Ritter en alemán, y Wolfgang podía ser el hermano de su difunto abuelo. Era un lío tremendo para Gabriel, así que llamó a Wolfgang que intentó convencerle de que fuera a Alemania, a la mansión que él tenía. Gabriel no podía irse, pero aceptó coger un paquete con diarios de sus antepasados.

Concluida la conversación telefónica, Gabriel fue a hablar con Magentia sobre serpientes y pidió que bailara para él con su serpiente: Grinwald. Mientras ella estaba en pleno baile, Gabriel aprovechó para coger un trozo de la escama de ésta para tener pruebas. Al irse, comprobó que Magentia no tenía nada que ver. Había otra serpiente conocida en la ciudad, la del Dr. John, el próximo objetivo del joven... pero para otro día. Tras darle a Sam el molde, Knight marchó a casa y estaba ya de noche cuando Malia acudió...

Día 4

Al día siguiente, ante la mirada burlesca y socarrona de Grace, Gabriel obtuvo la información que pidió sobre el vevé: un recorte de periódico sobre crímenes que además traía un dibujo parecido al de Gabriel. Antes de marcharse, Knight vio como un tipo sospechoso miraba por la ventana y observaba muy atento cada gesto. Intentando echarle, Gabriel se desesperó y echó un ojo al periódico, donde descubrió que el caso de los Crímenes del Vudú se había cerrado por falta de pruebas.

Enfadado, Gabriel fue a la Comisaría donde habló con Mosely para poder reabrir el caso, mas necesitaba alguna prueba más de las que él ya tenía. Después de recoger el brazalete en Casa Napoleón, Knight se fue al parque y vio allí al camello Crash, que la policía ya había soltado. Le siguió, pero Crash le evitó. Sin embargo, consiguió seguirle con unos telescopios cercanos al parque y vio como intentaba dialogar con uno de aquellos tipos que tocaban el tambor por toda la ciudad. Viendo que se marchaba, el librero le siguió hasta la iglesia, donde tuvo que enseñarle el brazalete para poder dialogar con él. Sin embargo, parecía que Crash estaba muy enfermo, aunque Gabriel consiguió mucha información sobre serpientes, ritos vudús, los tambores rada... y luego, de repente, murió de asfixia. Era una muerte tanto horrible como extraña, así que le examinó el pecho donde descubrió un tatuaje en forma de serpiente que copió en su libreta.

Cansado, Gabriel volvió a su domicilio donde tuvo, una noche más, la compañía de Malia Gedde...

Día 5

Al despertarse por la mañana, Grace le avisó de que el paquete de Alemania ya había llegado. Dentro encontró una nota y un diario, y notó como ya había sido abierto antes. Al parecer, Grace se preocupaba por Knight... y sonó el teléfono, era el profesor de la Universidad de Tulane que quería ver a Knight rápidamente. Sin embargo, Gabriel primero, tras leer el periódico y servirse café, encargó a Grace la investigación del código de los tambores rada y, después, comenzó a leer los papeles enviados por Ritter.

El diario hablaba de un cazador de brujas, Gunter, que se había enamorado de Tetelo, la bruja que debía quemar. Le salvó la vida, pero la traicionó y ella le quitó un talismán muy valioso. Aquello le resultó muy absurdo a Gabriel, pero el talismán... sus sueños...

Marchó a ver al profesor, y cuál fue su sorpresa al encontrarlo muerto... de la misma forma que había muerto Crash. Superando su muerto, lo mejor que pudo, Gabriel recogió un papel sobre la mesa con algunas palabras escritas: Ogoun Badagris, Damballah, Tribu Agris y República de Benim.

Llegado el momento, Gabriel visitó el Museo del Vudú, donde todo estaba a oscuras. De repente, una serpiente se le puso encima y parecía dispuesta a matarle. Menos mal que Gabriel pulsó el botón del ventilador y se la pudo quitar de encima... momento en que apareció el Dr. John, cuyo rostro mostraba cierto disgusto. Sus palabras no podían ocultar que todo había sido provocado.

Volvió a la librería todavía con el susto en el cuerpo, y Grace le quitó algo que tenía en el hombro. Tras recogerlo con pinzas del cenicero, resultó ser una escama. Comparó ambas, y resultaron iguales. Con todo esto, más las muertes, Gabriel dio todas las pruebas a Mosely, que reabrió el caso.

A la noche, la soledad le acompañó al no encontrar a Malia al otro lado del inalámbrico...

Día 6

Los gritos de Grace despertaron a Gabriel, al parecer algún gracioso o algún fanático del vudú había dejado descansar el cadáver de un pollo en la alfombra. Cuando los restos del pobre animal fueron limpiados, Grace le entregó un libro a Gabriel sobre el código de los tambores rada. Una ojeada al periódico y Gabriel ya estaba deseoso de saber cuál era el mensaje de los tambores, así que se iba a ir al parque cuando una carta llegó de repente. Era de Mosely. En ella explicaba que muchos altos cargos estaban implicados, y que tenía que investigar por su cuenta. La carta venía con una llave, la del despacho del detective.

En el parque, Gabriel logró descifrar el mensaje: LLAMAR A CÓNCLAVE
ESTA NOCHE PANTANO. Ya sabía donde se celebraría el ritual, así que tenía que conseguir algunos dispositivos en la comisaría, aunque sería difícil que le dejaran entrar. Sin embargo, cerca de allí, un vendedor de beignets sustituía al de perritos calientes, y Gabriel le convenció para que estuviese cerca de la comisaría.

Así sucedió, y Gabriel, mientras los policías saciaban su apetito, pudo entrar en el despacho de Mosely. De allí tomó prestados dos emisores y un rastreador. Marchó al cementerio donde encontró otro mensaje, que descifró y que, unido al anterior, le dio la solución: DJ ESTA NOCHE CÓNCLAVE TRAE SEKEY MADOULE. El plan era claro: el Dr. John estaba implicado y debía conocer donde se celebraría el culto, así que habría que seguirle. En el Museo del Vudú, bajo la atenta e inquisitiva mirada del Dr. John, Gabriel puso en un pequeño ataúd, también conocido como Sekey Madoule, un emisor. También, Gabriel, debía prepararse, así que se pintó, con ayuda de Grace, el tatuaje de la serpiente en el pecho y fue al pantano.

Usando el rastreador, logró la posición del culto. Se puso la máscara de cocodrilo y fue donde el Dr. John, quien le vio el tatuaje y le hizo dos preguntas, cuyas respuestas fueron Damballah y Ogoun Badagris. Ya podía comenzar el ritual. Una danza frenética, sacrificios de pollos, transformaciones, polvos... todo aquello le hizo quitarse la máscara pudiendo ver con claridad a Malia, poseída por la loa. Tras retumbar una risa y las palabras
¿Dónde está tu talismán?, Cazador de Brujas... Gabriel cayó desmayado.

Día 7

Al día siguiente Gabriel se despertó en su cama extrañado, Grace la había salvado la vida. A estas alturas, Gabriel la hizo caso y llamó a Wolfgang, al que le contó todo lo sucedido. Al terminar la conversación, ambos decidieron trabajar en cada zona sobre lo que estaba sucediendo. Después de un café y la lectura del diario, Gabriel cogió su linterna sobre la cómoda y fue a la cripta de los Gedde, en el cementerio.

Se podía entrar sin problemas, pues el botón estaba a la vista. Dentro, con la linterna encendida, vio como una tumba tenía un cierto vevé conocido, así que la abrió. ¡Mosely estaba en su interior, inmóvil! La sorpresa no permitió a Gabriel darse cuenta de que alguien le iba a golpear. La recuperación fue corta, y al despertar el cuerpo de Mosely ya no estaba allí, tan sólo su cartera con su tarjeta de crédito, las cuales Gabriel cogió. En el resto de tumbas, Tetelo, el espíritu que poseía a Malia Gedde, no estaba enterrada allí.

En la librería de nuevo, Grace le comunicó que Wolfgang había llamado diciendo que lo había encontrado. Sin tener mucha idea de qué, Knight llamó a la agencia de viajes que venía en el recorte de periódicos y, con la tarjeta de crédito de Mosely, pidió un viaje directo a Alemania.

Llegó el mismo día, entre campos cubiertos de nieve y un castillo enorme, que lo esperaba. Dentro, Wolfgang no estaba, pero Gerde, el ama de llaves, le esperaba y le dio instrucciones sobre el señor Wolfgang. Tras examinar el castillo, leer poemas y traducirlos del alemán, Gabriel llegó hasta la capilla donde vio varios tapices que, según Gerde, servían para conocer la iniciación de los Schattenjägers, que eran los Cazadores de Brujas. Todo aquello, según fue descubriendo Knight, eran las partes que debía seguir para el ritual.

Siguiendo todo al pie de la letra, lo primero que hizo Knight fue lavarse las manos en la nieve, abriendo la ventana de su habitación. Después, continuó cortándose, con las tijeras, un rizo de su pelo y tomó el orinal y un pergamino de una vitrina, y luego quitó la daga de la escalera y el salero a Gerde. Lo siguió el colocar en el altar el orinal y vaciar el salero. Tras cortarse, como decían los tapices, un dedo con la daga para echar sangre, se arrodilló y leyó el pergamino. Todo estaba hecho, pero, salvo el retumbar de la tierra, nada parecía haber sucedido.

Por la noche, Gabriel lo entendió todo cuando el espíritu de San Jorge vino como dragón y le explicó todo, dándole, al final de su purificación, una llave dorada.

Día 8

A la mañana siguiente, descubrió que poseía la llave y abrió la puerta de su habitación hacia una grandiosa biblioteca. Miró las biografías descubriendo más datos, luego geografía sobre la República de Benim, después sociología sobre Los Primitivos, más tarde historia con Antiguas Raíces de África, para continuar con el libro Los Adoradores del Sol en la rama de teología, y terminó con arqueología y el libro Excavaciones en África, que le reveló el posible paradero de Wolfgang. Lo habló con Gerde tras enseñarle el libro, la cual le preparó el viaje hasta allí.

Día 9

El círculo eran dos anillos con forma de serpiente, así que Gabriel entró por la zona exterior. Allí, dando muchas vueltas, cogió todas las losas que pudo menos la losa séptima y la doceava. Todo encajaba con un reloj del sol, y Gabriel puso todas las losas por orden, hasta que halló el correcto. En una de las cámaras recogió un bastón y probó con todas las losas, hasta que funcionó en la tercera.

De repente, las momias cobraron vida y tenían pocas ganas de charlar, así que Gabriel huyó, como pudo, hasta la salida. En la sala anterior a la salida, las momias le cerraron el paso, así que hizo un salto acrobático a las enredaderas para quitarse a las momias de encima y llegar hasta la salida. Allí estaba Wolfgang, quien estaba luchando con las dichosas momias a muerte. Gabriel usó la llave en la puerta que se había abierto, y consiguió dos cosas: entrar a una nueva sala y devolver a la otra vida a las momias.

En la nueva estancia, una mesa de piedra, con dos cabales y un agujero central, se situaba en el centro. Wolfgang le habló a Gabriel de la mesa, de los jeroglíficos que poseía y del poder de los Gedde. Al intentar mover la mesa, no se movió ni un centímetro. Gabriel cogió dos varas de metal y las introdujo en los canales, pudiendo levantar aquello. Al parecer, según Wolfgang, aquello estaba sellado mágicamente y sólo un corazón podría moverlo. Gabriel fue a intentar sacar con la daga un corazón podrido de una momia, pero Wolfgang tenía otros planes...

En un acto de valor sin precedentes, se sacó su propio corazón mientras Gabriel le gritaba que no lo hiciera... más ya estaba hecho y a Gabriel sólo le quedó recoger el talismán y llorar por su amigo...

Día 10

El regreso de Gabriel a Nueva Orleans no le quitó el áspero sabor de la venganza, mientras, por la ventanilla, descubría donde se iba a celebrar el maldito sacrificio. Las dudas de quién iba a ser se callaron al ver que Grace no estaba, y que la nota que Tetelo había dejado para Gabriel le indicaba que aquel día alguien tenía que morir. Antes de terminar de leer la nota, unos ruidos del estudio le llamaron la atención... ¡era Mosely! Estaba vivo y le explicó a Gabriel que se había ocultado en la tumba al oírle entrar y que él mismo le había golpeado. Gabriel, pensando que le golpearía más fuerte al ver su saldo en su tarjeta de crédito, comenzó a discutir un plan con él para rescatar a Grace en el parque de Jacksons Square.

Después de leer el periódico, Gabriel fue hasta el parque, donde amenazó a un percusionista. Después, fue a la catedral donde, dentro de un confesionario, en una pared, vio un hueco. Allí metió el bastón y activó un ascensor secreto. Antes de salir, ocultó el bastón en el único sitio que había dentro del confesionario.

Pronto se dio cuenta de que la estancia en la que se encontraba era una copia de la que había en África, pero mucho más moderna. Estaba numerada también del uno al doce. Por orden, entró en la tercera, donde descubrió la posesión de Malia por Tetelo. En la cuatro y cinco, con mucho material de oficina como si aquello fuera una sucursal, consiguió un libro de cuentas sobre claves rada del hermano águila, que no era otro que el Dr. John. En la segunda habitación estaba el doctor, muy distraído, lo suficiente como para que Gabriel le quitara su tarjeta magnética sin darse cuenta. En la décima sala, vio un almacén con animales. En la séptima, recogió dos túnicas y dos máscaras, recordando a Mosely, y fue al círculo central donde escribió un mensaje con los tambores: CONVOCAR HERMANO ÁGUILA.

Tratando de no tropezar con el Dr. John, con la tarjeta magnética pudo acceder a la primera sala, llena de dinero. Tras coger el suficiente, Gabriel fue a la once, donde vio con espanto diversos experimentos, más allá de los sacrificios. En la última sala por visitar, la ocho, encontró a Grace.

Llegó Mosely y, tras curar a Grace con los poderes del talismán, ambos, Gabriel y el detective, se pusieron sus disfraces... justo cuando llegó el Dr. John para que llevaran a la chica. Empezó el ritual, pero en el momento preciso, Gabriel usó su talismán para detener a Tetelo, quien se quedó perpleja. Grace escapó, pero el Dr. John vino hacia Knight con malas intenciones, las cuales no se llevaron a cabo gracias a la magnum reglamentario de Mosely. El doctor cayó en la mesa, accionando su mecanismo.

Esto hizo que Tetelo atacara a Mosely y Grace, dejándolos inmovilizados. En un acto heroico, Gabriel les tiró por encima de Tetelo el talismán y pidió que se fueran. Tetelo le tenía cogido del pelo y a punto de sacrificarle cuando, de repente, Gabriel agarró el ídolo y lo destrozó contra el suelo, quitando del cuerpo de Malia a Tetelo. Sin embargo, todo comenzó a desmoronarse y Tetelo se quedó dentro de la cabeza de Malia, luchando con ella. No le quedó otro remedio que tirarse al vacío... Knight la intentó sujetar por el brazo, pero fue inútil...

Malia murió, pero Nueva Orleans vivirá para siempre. Grace intentó consolarle aquella noche, en parte lo consiguió. El libro podía continuar, aunque él hubiera preferido no haberlo escrito jamás...